domingo, 3 de abril de 2011

Fantasias animadas de ayer y hoy presentan:

Primero de todo, disculpas a mis 11 seguidores porque debería estar escribiendo sobre algo inteligente, pero no he tenido tiempo. Esto va de corrido, sin pararme a pensar, así que es bastante probable que sea una estupidez. Con ello espero responder al segundo comentario de mi última entrada...
Estaba pensando en cómo imaginaba mi “madurez” cuando era joven y responsable con dedicación exclusiva. Estar “en la mitad o más” de la vida, en el momento en el que empieza la cuenta atrás, como cuando te vas a ir de vacaciones y vas tachando los días que te quedan, disfrutando con placidez de las cosas, con tiempo, sin exaltaciones... Suponía que disfrutaría de estabilidad y cordura, tiempo para hacer lo que me diera la gana e independencia para no tener que dar explicaciones a nadie. Más o menos y resumiendo. Entonces descubro que las cosas no son “exactamente” tal y como esperaba.

Entre las clases de Yoga o Pilates, Chucún, Taichi o cualquier otro arte que  permite cultivar cuerpo y mente, esas clases que tanto anhelaba cuando no podía ir. Entre las de Chino, el Taller de Escritura o el Arte del Cultivo Ecológico en la terraza, cursos absurdos que realmente no sirven ya de mucho pero que siempre quise hacer; apenas tengo tardes libres.
Como además, por la misma “madurez”, la ley de la gravedad y el proceso de oxidación, necesito tirar de fisioterapeuta, esteticién y/o masajista; el número de tardes libres se reduce a la mínima expresión. No sé como lo harán los que además van al podólogo o al dentista, por poner un par de ejemplos.

No debí contemplar cuando soñaba con tener tiempo, que a medida que yo cumplía años, lo harían también los demás. Tengo un perro viejo y maniático que depende completamente de mi, una abuela todavía lo suficientemente joven como para apuntarse a todas las actividades propias de su edad, a las que intenta que yo vaya o bien desaparece de casa justo cuando más falta hace que se quede. Tener hijos mayores y criados no es ni mucho menos la ventaja que suponía cuando eran pequeños. Entonces los acostaba a las 21:00 y las noches eran todas mías! (que noches aquellas...). Ahora, en plena adolescencia, me toca predicar con el ejemplo y vigilar- tiene que parecer que no estás pero debes estar- que llegan en condiciones aceptables a casa. Esto es lo mínimo, porque es altamente probable que entre sus novios/as, amigos y amigas, los miembros de la unidad familiar por baño de la casa se duplique o se triplique. Entre semana y los fines de semana. Y si pensé que no tendría que dar explicaciones, estaba muy pero que muy equivocado.
No eres joven ni eres viejo, que es lo que es el resto de la familia propia y de origen. Eso te convierte en el comodín perfecto para todos y para casi todo. Van a pedirte que te quedes con sobrinos, perros, tortugas, cobayas, abuelas, tías-abuelas... Te pedirán que recojas a los pequeños, que pidas citas médicas varias, que acompañes a quien sea a donde sea, que recojas lo que sea de donde sea. Y como puedes faltar a Yoga, Pilates, Talleres varios y demás actividades, tienes hijos mayores y tienes “tiempo”; lo harás. Se fastidió la única tarde libre que quedaba entre semana o la mañana que libro porque tengo guardia de tarde y/o la tarde-noche de un día cualquiera de un fin de semana al mes (o dos).

Tengo también que seguir manteniendo amistades, por fin tengo tiempo para esto. No contaba con sufrir el virus de la insociabilidad tras semanas laborables agotadoras, mis amigos se quejan; así que mis fines de semana están repletos de café-tertulia, comidas, cenas o aperitivos. Cines, teatros, eventos culturales y “raros”o excursiones imposibles. Estoy deseando que llegue el Lunes para poder volver al trabajo, que al menos eso ya lo tengo dominado.

Y de sexo ni hablamos. Con lo bonito que queda en las películas la frase “¿En tu casa o en la mía?”. Pues ni en tu casa ni en la suya. ¿Cuándo? Por Selección Natural, lo más probable será que el otro/a esté separado y con niños. Que no viva con sus padres, será complicado. Quizá puedas tener cierta intimidad el fin de semana (entre semana imposible...) que a él/ella no le tocan niños (¿Sexo sólo dos fines de semana al mes?) y entonces llega la parte en la que soñaste con no tener que dar explicaciones a nadie y te descubres ideando algo que realmente cuele y no levante sospechas al resto (hijos fundamentalmente) respecto a por qué no vas a dormir a casa una o dos noches (Explicar por qué no me parece oportuno contar que “sales con alguien” en casa forma parte de la fantasía de no tener que dar explicaciones a nadie) .Cualquier otra posibilidad de emparejamiento por edad o situación vital  sería encaje de bolillos.

Llueve y he ido a la peluquería (será una futura entrada de blog seguro), voy a ver si me suicido... Buena semana a todos/as.


1 comentario:

Curro dijo...

¡¡Pero cómo estás de ocupada!! Haces demasiadas cosas para tan poco tiempo, elige alguna y deja otras. Si todavía añorarás los viajes a Santander, aquellos en que descansabas y dormías... jaja.