martes, 13 de diciembre de 2011

La vida es corta. Ten una aventura


 Mis queridos infieles:
Vivo sin vivir en mí desde que descubrí las páginas de contactos para gente comprometida que se anuncian en éste y en otros medios de comunicación y, aunque no es un asunto del que yo pueda presumir, reconozco que no he podido contener mi curiosidad y, sí, me he infiltrado entre vuestras líneas.
 He visto vuestros perfiles, he curioseado en vuestras fotos, he contestado vuestros mensajes, he coqueteado, he rechazado vuestras ofertas, os he ido dejando con la miel en los labios y creo que, después de toda la experiencia acumulada, puedo daros algún que otro consejo que os servirá para ligar no sé si más, pero desde luego mejor....... (Pandora Rebato Blog. 10 de Diciembre del 2011. Recomendable)


Que los tiempos han cambiado es una afirmación de perogrullo. Cuando hace años me reunía con mis amigas hablábamos del amor. Ahora hablamos de sexo. Y sin paños calientes.
Tengo la sensación de que hay un halo de incomprensión en el fondo de las conversaciones. No llega a ser queja – el asunto en general funciona – pero puedo olerlo. Algo no termina de funcionar como debería. Vease arriba una muestra de lo que me refiero.
Había pensado escribir sobre una experiencia de sexo Zen que tuve el placer intenso de experimentar y que puso del revés mis esquemas. Por darle en las narices a Pandora Rebato, que me pone los dientes largos con frecuencia, porque hablé de esa maravillosa experiencia el otro día con el correspondiente calentamiento global y enérgicas demandas de dejar constancia para siempre del suceso y por ver si aprendemos definitivamente sobre sexualidad femenina. Ójala pudiéramos sacudirnos de un plumazo todos los estereotipos de género.
Y leyendo artículos al respecto, encontré algo que llamó inmediatamente mi atención:  ¿Redes sociales para dar mayor  oportunidad a las mujeres de tener una aventura?

“Para nosotros resulta clave convencer al público femenino", admite Christoph Krammer, director general de Ashley Madison en España.
Ashley Madison, la Web para infieles discretos. “La vida es corta, ten una aventura”.
Así, las campañas publicitarias de estas compañías tienen claro a quien dirigirse, como por ejemplo Gleeden, “primer sitio de encuentros extra conyugales pensado por mujeres. Second Love tiene en España un 25% de público femenino inscrito en su web; Victoria Milan, el 42%, con el objetivo de alcanzar el porcentaje del 50% a principios del próximo año. En el caso de Ashley Madison, hay un 35% de mujeres inscritas en nuestro pais, la segunda tasa más femenina de toda su red mundial, en la que España sólo es superada por Australia.
De contenido erótico y no pornográfico, sensual y no sexual: así son las imágenes de estas empresas, que suelen utilizar escenas en las que las que mujeres jóvenes o no tanto, 'glamourosas', generalmente vestidas, y enjoyadas, parecen llevar el control de la aventura fuera de la pareja. "Nuestra página web, por ejemplo, está creada con colores rosados, que en principio son los que más atraen a las mujeres", cuenta el responsable de Ahsley Madison en España, que también recuerda que "los hombres no buscan en estas ocasiones contenidos obscenos, ya que tienen otras vías para encontrarlos".
"El 69% de las inscritas [en páginas web de este tipo] dicen no estar preparadas para que un desconocido las bombardee a obscenidades en el primer encuentro", explican desde Gleeden. Y probablemente tampoco en el segundo, añado yo.  Por eso, hay opciones de bloqueo ante los mensajes obscenos, una de las razones que animaron a darse de alta a una usuaria de Victoria Milan recientemente entrevistada por EL MUNDO.
"Las mujeres echan en falta una industria de la infidelidad que sí está instaurada para los hombres, desde bares a sitios de internet", resume Krammer. De la infidelidad y del sexo explícito. De los contactos “con tacto”.

Nuestra idea de vivir una aventura no tiene mucho que ver con acabar empaladas porque sí por un tipo al que sólo hemos visto en fotos de cintura para abajo. Se parece más a la seducción previa, a visitar algún sitio fascinante, a alimentar el deseo con miradas, sonrisas y susurros...Y luego lo que tengáis entre las piernas (salvo grave carencia o gigantismo) nos parecerá bien.”




domingo, 4 de diciembre de 2011

Ecología Emociona III: ¿Emociones que hacen crecer? Parte I

De nuevo Ecología Emocional, que tanto interés suscita. Para mí que son unos cursis. Será por mi manía en discrepar. Por poner sólo un ejemplo de discrepancia (discrepo en más), en las cuestiones emocionales creo que se olvidan deliberadamente las consideradas “emociones negativas”, como si fuera malo sentirlas, casi un pecado. Yo no lo creo. Y educar en la correcta interpretación, asimilación y expresión de tales emociones me parece fundamental para el desarrollo del comportamiento inteligente.

Los creadores de  la Ecología Emocional insisten sobre que nuestras creencias contaminan nuestras emociones.  Hay que protegerse de las emanaciones tóxicas. Mente y emoción interactúan y fomentan conductas creativas o destructivas.
Hay que potenciar las Emociones que nos hacen crecer, sus constelaciones y los síntomas que indican deterioro de las mismas.
Las emociones que hacen crecer según estos autores son: la alegría, la curiosidad, el deseo, la fortaleza, el silencio, la soledad, la voluntad, las caricias (¿Esto es una emocion?), la gratitud, la amistad, la compasión, el amor, la confianza, la esperanza, la felicidad, la generosidad, la serenidad y la ternura. En fin, habría mucho que opinar al respecto.

Y las pautas comportamentales a seguir para desarrollarlas serían:

Crear(las)....................frente a........................ destruir(las)
Buscar  soluciones........................................... ofenderse
Dialogar...........................................................Actuar por rutina
Apertura al cambio..........................................lamento
Luchar............................................................. saberlo todo
Aprender.......................................................... buscar culpables
Coherencia....................................................... pereza
Mirar hacia dentro.......................................... indiferencia
Poner límites................................................... rencor
Crítica constructiva......................................... rabia
Arriesgarse.......................................................infravalorarse
Expresar afectos..............................................suponer
Agradecer........................................................no decidir

Veamos las tres primeras:

1.- ALEGRíA
La alegría es una emoción de fácil contagio. Está hecha de un material sensible y delicado. Por ello, es preciso aprender a defenderla y preservarla.
La constelación de la alegría: Sensación de activación y de fuerza, impulso, visión positiva. Fuente de energía que nos permite realizar proyectos y sobretodo nos permite
crear y amar.
Síntomas de deterioro: hiper excitación, dispersión de la atención, saturación de los sentidos, histrionismo. La alegría requiere sobriedad, atención y dejar fluir. Sé feliz siempre que puedas y verás que, casi siempre, puedes serlo.

2.- CURIOSIDAD
es un estado mental de apertura hacia aquello que nos rodea o lo que se encuentra en nuestro interior. Es la base donde reside el aprendizaje.
 La constelación de la curiosidad: sorpresa, deseo, inquietud, alerta e incluso aburrimiento. La curiosidad lleva a la alegría del descubrimiento y a la seguridad, fruto del conocimiento adquirido con la propia experiencia.
 Síntomas de deterioro: aburrimiento que no responde a los estímulos, pasividad, falta de energía. Cuando muere la curiosidad muere el deseo de saber y de explorar, aparece el tedio y el cansancio moral. Puede generar conductas violentas y adicciones.

3.- DESEO
La constelación del deseo: motivación, auto motivación, angustia, miedo, satisfacción o
insatisfacción, placer o dolor.
Síntomas de deterioro:  apatía o falta de impulso interno, falta de curiosidad y de fuerza para actuar. La apatía aparece como  represión del deseo. El sistema humano no funciona correctamente si solo se satisfacen sus necesidades materiales y no aquellas necesidades y aptitudes que le son propias, específicamente humanas, como el amor, la ternura, la razón y la alegría.
El secreto de vivir bien consiste, en primer lugar, en desear aquello que es necesario y, después, en amar aquello que se desea.

4.-FORTALEZA
La constelación de la fortaleza: magnanimidad, confianza, seguridad, magnificencia, capacidad de auto control, firmeza, valor, coraje, voluntad, automotivación, flexibilidad, humildad, capacidad para desprenderse y constancia.
 Síntomas de deterioro: ponerse una coraza que nos aísla de lo que nos puede hacer daño pero que también nos aísla de lo que nos puede beneficiar. Falta de confianza: no podré.
Un barco que permanece en el puerto no corre peligro, pero tampoco llegará a
ninguna parte.
 La fortaleza, el valor y la voluntad son energías que nos dan el impulso necesario para llevar a término nuestro proyecto de vida. Nos permiten el autocontrol necesario para resistirnos al automatismo y al gregarismo de nuestro mundo. ¿Quién es más fuerte, aquel que en una batalla derrota a mil guerreros o quién es capaz de dominarse a sí mismo?
La fortaleza es una cualidad interior que se libera cuando parece que la persona se tambalea y que permite mantener el equilibrio emocional.
Continuará.....................





viernes, 28 de octubre de 2011

Ecología Emocional II

Continuación de la entrada Ecología Emocional (Terapias de tercera generación) y por petición popular. Los creadores de estas terapias hacen énfasis en las emociones. Para ellos, las emociones nos informan sobre nosotros mismos y deberían ayudarnos a tomar las decisiones adecuadas. Personalmente recomiendo no tomar nunca decisiones importantes “bajo efectos” de emociones intensas, positivas o negativas.
En una primera aproximación a esta terapia hay que entrenar en detectar la emoción y darle nombre, traducir la información y actuar en consecuencia, más o menos responder a las siguientes preguntas: ¿Cómo va nuestro proyecto de vida?
¿Cuál es la emoción que más a menudo sentimos? ¿Qué la provoca?

La cuestión es que parece que funcionamos con mapas mentales construidos con nuestra experiencia; tenemos zonas agradables: zonas que sabemos seguras y cómodas y que conocemos bien, donde sentimos que no corremos ningún riesgo, donde no necesitamos activar nuevas habilidades. Son zonas de rutina donde hay poco espacio para la sorpresa y el crecimiento
Y  también tenemos Puntos peligrosos o Prohibiciones donde ocurre justo lo contrario
Así, Dos acciones iguales tendrán efectos diferentes en función de las emociones que las haya movido.
Hay emociones movidas por fuentes de energía limpias o espacios a proteger
(Agradecimiento: Aprender a valorar lo que tenemos, Amistad,Confianza. Compasión.. Esperanza. Felicidad. Generosidad. Serenidad. Ternura.... Emociones positivas de toda la vida....) Y existen también Fuentes de energía contaminantes o espacios que destruyen (prisa, impaciencia, no prestar atención al presente, obligación, queja, posesión, victimismo, comodidad...)

Para una adecuada gestión de nuestras propias emociones, hay que seguir los Principios de gestión emocional:
1.- Autonomía personal:
Autonomía no significa individualismo. La persona autónoma está conectada con los otros pero sabe estar sola.
Este principio evita que ahoguemos a los demás con nuestras demandas constantes.
Es un principio preventivo de las actitudes pasivas y cómodas.
Hemos de aprender a dar los pasos necesarios para construirnos la vida sin nadie que venga a dirigirnos ni a salvarnos
2.- Prevención de dependencias:
No hagas por los otros aquello pueden hacer por sí mismos.
Sustituir a los demás es una falta de respeto. Ponemos en duda sus capacidades.
El hombre bueno debe parecerse al agua: es buena para todas las cosas y no perjudica a nadie. (Definición de inteligencia, por cierto)
Si no aplicamos este principio creamos personas sumisas y pasivas que esperan que alguien les resuelva la vida.
También nos encontramos con la persona que tiene la creencia de: “Soy imprescindible” y su vida se basa en ser necesaria.
Aprender a respetar el crecimiento y los tiempos de cada persona
3.- Reconocimiento de la individualidad y de la diferencia
Moralidad natural
No hagas a los otros aquello que quieres para ti. Respeto por la diferencia. TODOS SOMOS DIFERENTES.
Los otros no se rigen por nuestras normas y criterios.
Algo que es bueno para nosotros no tiene porque serlo para los demás.
Preguntemos antes de decidir por otro
Implica poner en práctica la empatía. Aprender a percibir que siente el otro
¿Me gusta que me agredan?
¿Me gusta que decidan por mí?
¿Me gusta que me mientan?
¿Me gusta que me falten al respeto?
¿Que me ignoren, que me griten, que me amenacen, que me quiten el protagonismo, que se adjudiquen mis méritos?
Auto aplicación previa
No podrás hacer ni dar a los otros aquello que no eres capaz de hacer, ni darte a ti mismo
¿Qué hago por mi mismo?
¿Qué hago por los que quiero? ¿Me cuido?
¿Me quiero a mi mismo?
4.- Limpieza relacional
Tenemos el deber de hacer limpieza de las relaciones que son ficticias, insanas y que no nos dejan crecer como personas.


Habrá más.........




martes, 18 de octubre de 2011

No hay mayor negocio que vender a gente desesperada un producto que asegura eliminar la desesperación

¿Existen las varitas mágicas para dar un giro a nuestra vida?
“Aunque la mayoría de las personas no van hacia ninguna parte, es un milagro encontrarse con una que reconozca estar perdida". José Ortega y Gasset (1883-1955) 
Desde que nacemos, la sociedad nos condiciona para convertirnos en empleados y consumidores, de manera que perpetuemos el funcionamiento económico del sistema. Tanto es así, que hemos sido adoctrinados para buscar nuestro bienestar fuera de nosotros mismos. Prueba de ello es que confundimos la verdadera felicidad con sucedáneos como el placer, la satisfacción o la euforia temporal que nos proporcionan el consumo de bienes materiales, los triunfos profesionales o el entretenimiento.
Frente a este escenario socioeconómico, la crisis existencial es casi inevitable. En esencia, consiste en reconocer que nuestra forma de pensar y de comprender la vida es limitada y errónea. Y en consecuencia, iniciar un proceso de cambio y evolución personal, buscando una nueva manera de relacionarnos con nosotros mismos y con nuestras circunstancias. Así es como aprendemos a seguir los dictados de nuestra conciencia y de nuestra intuición, desarrollando nuevas competencias emocionales que nos permitan obtener resultados de mayor satisfacción.

"No hay mayor negocio que vender a gente desesperada un producto que asegura eliminar la desesperación" (Aldous Huxley)
A lo largo de la última década se ha multiplicado exponencialmente el número de personas interesadas en conocerse mejor y potenciar su inteligencia emocional. Y como consecuencia directa ha emergido con fuerza el sector de la autoayuda. Debido al malestar generalizado, no solo se ha puesto de moda, sino que se ha consolidado como un negocio muy lucrativo. Cada vez hay más espacios en los medios de comunicación orientados a dar cobertura a estas nuevas necesidades y motivaciones emergentes. Y en las librerías comerciales, esta sección ya ocupa una parte significativa. De hecho, están aflorando "expertos" en el tema por todas partes. Hoy en día, todo el mundo conoce lo que es el coaching, aunque muy pocos saben exactamente para qué sirve.
Pero, ¿qué es la autoayuda?
Más allá de la opinión que tengamos al respecto, la autoayuda es un movimiento cargado de buenas intenciones. Sin embargo, alberga una contradicción en sí misma. 'Autoayuda' quiere decir 'ayudarse a uno mismo'. Si bien los demás pueden escucharnos, apoyarnos y compartir con nosotros lo que han aprendido de sí mismos, en la auto-ayuda nadie más puede resolver nuestros problemas y conflictos existenciales. Cada uno de nosotros está llamado a recorrer su propio camino.
En vez de dar consejos y recetas sobre la manera en la que otros deberían vivir sus vidas, es mucho más útil y eficiente hacer preguntas y compartir reflexiones que nos permitan crecer en comprensión.

"Ten mucho cuidado de aquellos que te vendan sus propias creencias, pues están obstaculizando tu propio descubrimiento de la vida" (Anthony de Mello)

El triunfo de la autoayuda tiene mucho que ver con la pérdida progresiva de credibilidad que están padeciendo las instituciones religiosas. De hecho, algunos sociólogos afirman que la autoayuda está en camino de convertirse en la gran religión del siglo XXI. Lo cierto es que ambas comparten una serie de paralelismos, entre los que destaca el paternalismo. En general, queremos que alguien o algo resuelvan nuestros problemas y conflictos. Por eso solemos aferrarnos a personas o instituciones que nos ofrezcan consuelo y nos garanticen seguridad.
De entre las personas que buscan asesoramiento para mejorar cualquier ámbito de su vida -ya sea a través de libros, cursos o consultas privadas-, muchos buscan un parche con el que aliviar su malestar a corto plazo. Fruto de la desesperación, anhelan dar con una fórmula mágica que erradique definitivamente su sufrimiento. Muy pocos estamos dispuestos a cuestionarnos a nosotros mismos, asumiendo que somos co-creadores y co-responsables no solo de nuestro estado de ánimo, sino también de nuestras circunstancias actuales. Tanto es así, que en la jerga del crecimiento personal empieza a hablarse acerca de los "cursillistas". Es decir, individuos que empalman un curso tras otro, del mismo modo que devoran decenas de libros de autoayuda sin apenas dedicar tiempo para digerir, procesar y -lo más importante- poner en práctica dicha información.
Si verdaderamente estamos motivados para cultivar el arte de la felicidad, la acumulación de conocimiento puede llegar a ser un obstáculo. Más que eruditos, lo esencial es que aprendamos a ser sabios. Y la sabiduría podría definirse como la capacidad de obtener resultados de satisfacción de forma voluntaria, lo cual es una cuestión de compromiso y entrenamiento. Y es que sabe más acerca del perdón quien ha perdonado una vez a alguien, que quien ha leído libros y hecho cursos sobre "aprender a perdonar" y todavía no ha perdonado.
Aunque se suelan meter en el saco de la autoayuda, existen muchas corrientes de pensamiento que promueven una verdadera curación a medio plazo. El denominador común de todas ellas es el auto-conocimiento, un proceso que nos permite descubrir cómo funcionamos y qué necesitamos para ser felices. De hecho, la comprensión y sabiduría ya se encuentran en nuestro interior. “Tan solo hemos de eliminar las capas de condicionamiento que nos separan de ellas” (como si esto fuera fácil....). Eso sí, el primer paso suele ser el más difícil, pues consiste en vencer el miedo a conocernos.

Hablar acerca de la felicidad y del sentido de la vida suele encender nuestras alarmas y ponernos a la defensiva. Y no es para menos. Hay tantos caminos para encontrar lo que estamos buscando como seres humanos existen en el planeta. Pero, dado que todos compartimos una misma naturaleza humana, existen ciertas claves que pueden facilitarnos dicha senda.

-'La libertad primera y última', de Jiddu Krishnamurti (Kairós). Este ensayo sostiene que los cambios que se producen en la realidad externa son siempre una consecuencia de nuestra transformación interna. De ahí que no tenga sentido luchar y entrar en conflicto contra el mundo, pues este no es más que una proyección de cómo pensamos y nos comportamos la mayoría de nosotros.
-'Free little birds', de Bob Marley se basa en el proverbio chino: "Si tiene solución, para qué preocuparse; y si no la tiene, para qué preocuparse". Eso sí, por más que nos reconforte escucharlo, el reto consiste en ponerlo en práctica.

Extracto del artículo de El Pais semanal, del 16 de Octubre del 2011

sábado, 1 de octubre de 2011

Sexo sin afecto es lo que tengo con mi vibrador.

Andaba tonteando leyendo entre otros el Blog de La cama de Pandora y recordé ciertas conversaciones que durante el verano había mantenido con amigas y amigos respecto a lo que queremos decir cuando hablamos de una relación de sexo sin compromiso. Fórmula que parece va siendo la mayoritariamente aceptada por adultos que ya han padecido varias relaciones estables y altamente comprometidas.
Y estando de acuerdo con Pandora, me reafirmaba en mis opiniones respecto a lo que es tener una relación de "amigos con derecho a roce".

Por ejemplo, algunas personas, creen que sexo sin compromiso significa inexorablemente sin afecto. Error fatal. Bien es verdad que manejarse adecuadamente en el afecto y lo emocional es complicado, tanto que algunos/as prefieren directamente no meterse en esos charcos, pero para tener un orgasmo puro y duro no me hace falta quedar con nadie. Sexo sin afecto es lo que tengo con mi vibrador.

Confundir ser afectuoso/a con estar enamorado/a y desear un compromiso, es otro error fatal que lleva la relación al fracaso. Hacer planes, llamar por teléfono para charlar un rato, abrazarse, étc no es diferente de echar uno rápido en el probador del Corte Inglés. En absoluto hay que traducir gestos afectuosos a ideas tales como "Quiero pasar Noche Buena con tu familia".

Hablar sobre sentimientos y dejar los nuestros claros no significa congelarlos. Las emociones evolucionan, cambian, a veces se hacen más profundas e intensas, a veces justo lo contrario. Es ridículo pensar que siempre se va a sentir lo mismo y otro error fatal prometerse que así va a ser mientras dure la relación.
Hacerle prometer a alguien que sus sentimientos no cambiarán en absoluto es una soberana estupidez. Y es que, entre el polvo sin afecto y formar una familia, hay más modelos de relación que de edredones en Ikea.

Ser amigo con derecho a roce no ha de suponer perder el significado de la palabra amigo/a. De pronto el roce lo ocupa todo. La pulsión sexual es poderosa, muy poderosa y solo se queda para follar, solo se habla de sexo y solo se sienten orgasmos... ¿Y mi amigo/a?
Por norma general, solemos acostarnos con gente que nos gusta y con la que es un placer mutuo compartir una charla, una copa de vino, un cine o incluso un paseo, además de un polvo.

Eso sí, la amistad excluye la posibilidad primero, de exclusividad. Se pueden tener tantos "folloamigos", como se quiera. Lo recomendable siempre es más de uno. Y en segundo lugar, excluye también el escabroso asunto de indagar sobre las costumbres y gustos sexuales del otro fuera de los límites de la cama. Estas dos últimas posibilidades, cuestión de elegancia. Ni se pregunta ni por supuesto, se menciona ni se cuenta.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Festejos populares

El razonamiento general debe ser más o menos así: soy miembro de una especie inteligente. Esto hace que sea superior al resto de las especies. Si yo soy superior las demás especies son inferiores. Esto me da derecho a dominarlas utilizando cualquier medio.

No soporto la violencia en ninguna de sus formas ni manifestaciones, me produce un rechazo visceral que automáticamente me lleva a apartar los ojos de la escena y a cerrarlos. Y a apretar la mandíbula mientras siento que se incrementan los latidos de mi corazón. Algunas de las fiestas populares de este pais me dan nauseas y desearía entonces ser de otro. Que me borren de la lista! YA!
La última escena violenta es de Tordesillas. El Toro de La Vega. Pero hay desgraciadamente muchas así en las que grupos humanos disfrutan causando sufrimiento, generalmente, a UN animal.

El que sigue debería ser el razonamiento correcto: soy miembro de una especie inteligente. Esto me hace diferente al resto de las especies. Esta diferencia no me da ningún derecho a dominarlas utilizando cualquier medio porque la inteligencia proporciona beneficios a todos (lo contrario me hace incauto, malvado y/o básicamente estúpido). Precisamente por esta cualidad que me distingue puedo proteger con inteligencia al resto de las especies.

La inevitable conclusión es que los humanos que participan en estos festejos crueles son malvados o idiotas.

El peligro del razonamiento generalizado, del primero que expongo, es que puedo considerar inferior no sólo a otras especies, sino a miembros diferentes de mi misma especie: humanos de otras culturas, razas, religiones, sexos y hasta edades.

Disfrutar de la crueldad y el maltrato no es un acto en absoluto inocente. Justificar la permanencia de semejante espectáculos “por tradición popular profundamente arraigada” nos lleva inexorablemente a reinstaurar los Circos Romanos, con sus Leones (de pura raza, ya extinguidos por desuso....) y Cristianos (ídem....), los Patíbulos en las plazas de los pueblos, villas y ciudades (¡Eso sí que eran festejos!), el Garrote Vil, ¡Tan nuestro! Y hasta las Crucifixiones (¿Por qué se perderían las Crucifixiones?)

Advertencia: no publicaré en mi Blog ningún comentario a favor de semejantes festejos, incluyendo las Corridas de Toros. Frente a la violencia, tolerancia cero.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Hay cosas que no pueden decirse, y es cierto.  Pero esto que no puede decirse,  es lo que se tiene que escribir (María Zambrano).

domingo, 3 de julio de 2011

Minus es más

Hace ya tiempo que le vengo dando vueltas al asunto de escribir sobre los discapacitados y el término discapacidad. Ya se sabe que uno tiene una tendencia natural a “juntarse con iguales”, de tal forma que llegué a pensar si esto de la discapacidad podría contagiarse: curiosamente estoy rodeada de discapacitados.
Evidentemente me refiero a esa discapacidad acreditada por el resto de los capaces, esa que se escribe en un papel a modo de certificado y que te informa de cual es tu grado de minusvalía, por si no lo tenías claro. Nunca he entendido porqué se le considera a alguien minusválido a partir de un 33% de discapacidad. Es decir, cuando una tercera parte de tu potencial parece imposibilitado. Podría haberse puesto el límite en cuarto y mitad, por ejemplo, y nos hubiéramos reído un rato.
Personalmente se de muchos discapacitados sin certificado. Y no me refiero al número creciente de estúpidos, porque la estupidez es con rotundidad una capacidad que hoy en día facilita la adaptación y la supervivencia. Los inteligentes están en vías de extinción.
En mi ir y venir por la vida no he conocido gente tan capaz como los discapacitados. Y lo digo sin la habitual compasión con la que los capaces suelen calificar nuestras acciones.
La discapacidad que no está certificada es bastante peor, desde mi punto de vista. Y esta sí merece comprensión, compasión y paciencia. Sobre todo mucha paciencia.
Estar “al otro lado”, ser minoría, diferente al resto; ser minusválido o discapacitado; marca tendencia. Pasar la infancia o una parte importante de tu vida entre hospitales, médicos y centros varios es como tener un master, como ser especialista. Y esto está bastante alejado del significado de discapacidad. El discapacitado es un especialista, un maestro en el arte de sobrevivir, superarse, reponerse y codearse con el sufrimiento. Una lástima que para esto no haya certificado ni diploma acreditativo.
Muchos capaces comentan sus dificultades para la vida cotidiana cuando tienen un accidente leve y me miran y dicen: Uno no se da cuenta de lo difícil que es hacer las cosas hasta que te falta o te falla  tal o cual miembro del cuerpo..... Vamos, como cuando se estropea la tele! Ya, pero es que a mi no me falta nada. Falta lo que se echa de menos y no se echa de menos lo que no se tiene o no se tuvo. Yo me recuerdo, me pienso y me sueño desde los nueve años con brazo y cuarto, no hecho nada de menos. Soy así igual que otro es gordo y feo (y yo delgada y resultona. Esto es a mala leche, lo reconozco...). Este es uno de los aspectos que no entienden los que tienen, a simple vista, todas las partes de su cuerpo en orden y concierto. ¿Usted echa de menos ser rubio y con los ojos azules? ¿Echa de menos ser mas inteligente? Pues parecido.
De todos es sabido que una discapacidad genera automáticamente una compensación, es decir, aumenta otras capacidades. Podemos empezar a hablar pues de la sobrecapacidad o los sobre-capacitados. Un ciego será sobre-capacitado auditivo: tiene usted una sobrecapacidad auditiva del 62% acreditada con el correspondiente informe.
Reconocemos al ser humano superdotado pero no al sobre-capacitado. A este último preferimos llamarle minusválido. Personalmente no me molesta en absoluto el término, probablemente no me quiera dar por aludida. Yo no necesito que nadie me reconozca lo que hago. Se quien soy, lo que puedo o no hacer y cuales son mis capacidades y limitaciones. Y tener un papel que acredita mi grado de minusvalía hasta el momento me sirve sólo para tener ventajas fiscales.
Es verdad que encontrarse constantemente con barreras arquitectónicas dificulta sobremanera comportamientos de la vida cotidiana, pero supongo que  igual  que encontrarte con que casi todo está informatizado y ser incapaz de defenderte con un ordenador. Y también confieso que en más de una ocasión, cuando me encuentro por ejemplo con coches pegados a las aceras impidiendo el paso de sillas y carros con ruedas, clamo venganza. La falta de solidaridad todavía no aparece en los listados que valoran el grado de minusvalía, aunque creo estaremos de acuerdo en que es una discapacidad grave; de más de cuarto y mitad, difícil además de compensar incrementando otras cualidades.
Salimos en la tele cuando superamos obstáculos como si de algo impensable se tratara. Algo ejemplar, asombroso, digno de ser contado. Asombroso es el espectacular aumento de las españolas rubias con mechas, de tradición morena desde siempre. Y asombroso es también el gasto económico que supone para muchas familias el acceso a materiales varios que ayudan a la adaptación. Pero los humanos somos así desde la Prehistoria; nos asombran las cosas más elementales mientras lo realmente excepcional, que generalmente no está a la vista, pasa desapercibido.
Para terminar, no deberíamos tener complejos. Los complejos los generan otros. Los que ignoran y discriminan, los piadosos y compasivos en el extremo negativo del término. Los que temen las diferencias porque no saben manejarse en ellas. Los auténticos discapacitados.

domingo, 26 de junio de 2011

Ecología Emocional

Sabía que se volvía a dar protagonismo a las emociones. Baste el movimiento de “Los indignados” como muestra. La indignación es una emoción (me evito la explicación académica del término “emoción” y asumo el riesgo de que cada cual la interprete a su manera).
 Hace nada escuché lo peligroso que resulta ser una especie básicamente emocional y en este sentido primitiva, con un uso muy limitado de nuestro potencial cerebral y que tiene en sus manos impresionantes avances tecnológicos. Como dar pistolas a los niños para jugar.
Recabando información sobre Banca Ética, di con la web del I Congreso Humano y me encontré allí con una ponente (Mercè Conangla ) que hablaba sobre “Ecología Emocional”.  También tienen web (si pongo el enlace ya no tiene gracia lo que viene a continuación). Aparte del oportunismo del término, que personalmente  me rechinó en los oídos, forma parte de las  Terapias (psicológicas) de Tercera Generación. Y ya me estoy poniendo pedante....
Estoy de acuerdo en que la gestión emocional adecuada ayuda a contrarrestar el coeficiente de estupidez.

Esto es una pequeña introducción para torpes.

La Ecología Emocional trata de transformar y dirigir nuestra energía de forma que mejore nuestro crecimiento personal, la calidad de nuestras relaciones y un mejor y mayor cuidado de lo que nos rodea. Este planteamiento ofrece un marco NUEVO Y CREATIVO para la educación emocional.


Se basa en que nuestras acciones o su ausencia, tienen impacto en un “clima emocional global”; pudiendo hacer que aumente el equilibrio o desequilibrio del mismo, el sufrimiento o la armonía, la salud o la enfermedad, la destrucción o la creatividad.
Lo seres humanos seríamos por tanto responsables de lo que somos y corresponsables del mundo que tenemos. Para tener una vida “emocionalmente sostenible” hay que reducir la “contaminación emocional”, reciclar las emociones y recursos y recuperar la armonía.

Los principios básicos en los que se fundamenta son:
1.- Todos los afectos son necesarios, las emociones nos dan información valiosa sobre nosostros mismos.
2.- Nuestros afectos no pueden utilizarse de cualquier manera. Somos sistemas abiertos, necesitamos intercambios equitativos con otros. Lo bueno que hacemos impacta positivamente y lo malo perjudica a todos
3.- Nadie es emocionalmente autosuficiente. Nuestra estabilidad emocional depende en gran medida de las relaciones que establezcamos con los demás.
3.- Hay que hacer una buena gestión de los afectos para evitar el agotamiento y la destrucción

Para una adecuada gestión emocional hay que seguir unas leyes:
1.- ayúdate a ti mismo y ayudaras a los demás de forma que estos te ayudaran a ti
2.- no hagas lo que los demás pueden hacer por si mismos
3.- todo lo q hagas a los demás también te lo haces a ti mismo
4.- no hagas a otros lo que te gusta a ti, los gustos son diferentes
5.- no hagas lo que no quieres que te hagan a ti
6.- no podrás hacer ni dar a otros lo que no puedes dar ni hacer para ti mismo
7.- tenemos el deber de hacer limpieza periódica de las relaciones ficticias, insanas y/o de las que no impiden avanzar como personas.


“Puedes ser parte del problema o parte de la solución. Elige.”
Jaume Soler y Maria Mercè Conangla

viernes, 10 de junio de 2011

Mi pobrecito perro

Casi nada es lo que parece. Esto también. Aunque parezca que lo que vais a leer habla de mi perro, habla de mí y de la gente.

Tengo un perro viejo, muy viejo, además de feo y desagradable. Este invierno empezó a tener problemas serios en las patas de atrás. A pesar de sus problemas, el animal intentaba hacer vida normal; esto es: dejarse cuidar, comer como una lima, bajar a la calle unas 4 veces diarias (a pesar de sus problemas traseros), dormir como un cesto, gruñir casi siempre y, con ayuda, incluso ir detrás de sus juguetes. Vida de perro.
A mí me parecía que “mi pobrecito perro” todavía tenía ganas de dar trabajo, así que decidí fabricarle un arnés con ruedas que le ayudara a moverse en lugar de sacrificarle.  Es como un carrito de la fruta sin bandejas, hecho con tubos de pvc y ruedas para muebles.

Mientras el perro bajó a la calle prácticamente arrastrando sus patas de atrás, con caminar lento, sujeto por tres correas que le ayudaran a levantar sus cuartos traseros (que no a apoyarlos....); nadie hizo el más mínimo comentario. Desde que salimos “motorizados” y “a toda mecha” con el arnés rígido con ruedas, mi perro se ha convertido para algunos vecinos en” mi pobrecito perro” y yo en una especie de cruel maltratadora que “obligo” al animal a vivir en “semejantes condiciones”. No sé si esta representación vecinal  pretende que un animal de más de 14 años salte y corra y brinque. El perro tiene así como 75 años humanos y por muy bien que ande un anciano a esas edades fíjate tú que no lo imagino saltando a la comba....

A mí opinar sobre la vida de mis vecinos cuando me los cruzo en el ascensor, decirles en voz alta cosas como “pobrecito tu”, “pobre de tu marido, no sé cómo le tienes así”, “no se como se os ha ocurrido tener hijos o más hijos trabajando tanto” ó “deberías sacrificar a tu padre por que no es vida la que lleva”. Pues no sé...no se me pasa por la imaginación. No tengo muy claro cuando, cómo o donde se aprenden estas normas no escritas de educación y respeto, ni por qué a mí lo que parece tan obvio y evidente – en este caso, respecto a lo que no se le debe decir a nadie si no te pide opinión – a otros ni se les ocurre. Será que relaja, desgrava o sirve de penitencia.
¡Para debatir sobre la eutanasia humana estamos!

He pensado en poner una nota en el tablón de anuncios del portal para que los vecinos que opinan que mi perro es un “pobrecito perro” se pasen por casa cualquier día. Conque se pasaran de 20:00 a 21:30 sería suficiente. Es el momento de salir a la calle con la pelota, cenar (pavo con carne picada y arroz, más quesito de postre y “chuches” caninas para los dientes), perseguir al gato un rato (con el arnés de ruedas y yo detrás para que ni se atasque ni se caiga), jugar a “yo cojo un muñeco y tu me lo quitas”, estar detrás de mí mientras hago la cena para nosotros por si cae algo para, finalmente, subirle al sofá (enterito de dos plazas para él solito, para que esté cómodo), escucharnos hablar y ver la tele mientras va cerrando lo ojillos y ronroneando, hasta que se queda frito y le tapamos con una mantita. Cuando me voy a la cama, por supuesto me lo llevo conmigo. ¡Pobrecito perro!

viernes, 27 de mayo de 2011

Indefensión aprendida

No me ha gustado nada el resultado electoral. No entiendo casi nada de política, ni de economía pero entiendo bastante del genero humano, que no es lo mismo pero es igual. Aceptar y respetar las contradicciones humanas.
Me lo he tomado como una oportunidad para pensar (espero que en el sentido correcto), para intentar comprender, para escuchar, para rectificar si hiciera falta.
El espasmo convulso de movimiento 15-M; recibido con ilusión, con esperanza pero también con calma, con paciencia, dejando paso e intentando no dar por supuesto ni lo obvio. A ver... a ver...
Desde esta postura que pensaba yo era conciliadora en su forma y revolucionaria en su fondo, ya digo, de esperanza contenida, he tratado de dialogar ( bueno; mucho más de andar por casa, de mantener una conversación mínimamente coherente y respetuosa) con algunos compañeros “del otro bando”, los del PP. Claramente. Compañeros de trabajo a los que aprecio y creo me aprecian, con los que comparto buenos momentos, risas y mucho sexo oral. Ha sido imposible. Muy triste.
He sentido un golpe en el estómago, como cuando  se te corta la digestión y empiezas a sentirte mal. No he visto aprecio, ni respeto por el otro. No quiero ni pensar cómo habla esta gente “en general”, refiriéndose “en general” a todos aquellos a los que no conocen. No hay interés por acercar posturas, por aceptar, por intentar entender. No hay ningún intento de nada, todo se da por supuesto, sin opción, sin salida. Te acorralan. Ladran, hablan deprisa, muy deprisa. Se miran entre ellos, ríen. Se ríen de todo lo que es diferente, no digamos opuesto. Vocean, refuerzan entre ellos sus argumentos. Insultan, descalifican, no escuchan porque de nuevo vocean y ladran. Siguen usando el término “rojo”, “rojos”, “rojos de mierda”....Triste.
Nunca dudo de mi orientación que no es sólo política o económica, sino vital.  Siempre he sabido en qué lado estaba y dónde quería posicionarme. Y cuando me encuentro con gente así, gente que me duele de verdad y a pesar de la experiencia y la calma que creo me caracteriza, siento con mucha más claridad y lucidez que he elegido la posición correcta.

jueves, 26 de mayo de 2011

¿Que tal el amor?

Bibi. Sin noticias. Un día, de repente, es como si perdieras la fe. No lo sientes de la misma forma. No sé por qué, pero no está, se ha ido. O me he ido yo: es como si viviera en otro sitio, una sensación absolutamente nueva. Me siento extraña. Yo no digo que no me vaya a pasar otra vez, porque si algo no pierde nunca una es la esperanza. Pero antes, estar entre un amor y otro era como un viaje cuyo destino era un nuevo amor. Ya no. Antes era una mujer asomada a una ventana esperando el amor. Ahora miro los escaparates y no a los hombres. A veces los tengo delante y ni los veo.
Loles. Yo no me asomo a la ventana, tengo vértigo. No espero nada, nena. Vivo la vida, y si me sorprende y un día me enamoro, qué bien, es el azar. Puede que me quede atrapada por una mirada en una cola, eso me ha pasado, porque yo me enamoro cada poquito.
Bibi. Yo sí noto el deseo, lo que pasa es que no practico, y no sé medirlo, ni medirme. Porque eso solo se mide en el campo de batalla. Y yo ya no peleo. Digamos que he renunciado al amor. Aunque renunciar no es la palabra, porque si mañana me cayera, y me cayera desde donde yo lo vivía, volvería a vivirlo un millón de veces igual pese a los errores. Pero ya no lo vivo así.
Tienen fama de apasionadas. ¿Este periodo es una novedad en su vida?
Loles. Absolutamente.
Bibi. Sí, pero te digo una cosa. El sexo es la hostia, pero está muy sobrevalorado. Yo he follado mucho con mucho plasta y me lo podía haber ahorrado. Lo hice pensando que iba a lograr no sé qué gloria, y aquella gloria no llegó. Ahora, cuando llegó, llegó. Gloria a Dios en las alturas y en la tierra a los hombres de buena voluntad.
Loles. La libido no te da guerra si no la estimulas. La mujer se queda tranquilita y ya. Pero yo no me resigno. Yo le hago caso a Palacios [Santiago Palacios, prestigioso ginecólogo], que me fichó como imagen de la menopausia. Yo no me callo. Lo reivindico, lo pregono y hago de docente. Primero me recetó las bolas chinas y ahora el consolador, aquí me tienes, abriendo camino.
Bibi. Nunca mejor dicho, niña. A mí todo eso se me ha ido yendo. Y te lo digo yo, que milité en la idea de la cacería. El placer de cazar la presa era más importante que comérmela. Pero de repente ya no lo echas en falta. Hay cosas más importantes que el sexo. Echo más en falta los besos. Y eso que yo siempre dije que no había tenido relaciones con mujeres porque me gusta la penetración. La frase no es mía, se la leí a Maruja Torres. Los besos, el que te toquen una mano y tú sepas adónde perteneces, eso sí lo extraño. Pero lo que es puramente sexo es como las dietas: te olvidas. La libido se duerme, aunque luego despierte hecha una fiera.
Loles. Pues entonces usas el consolador que te ha recetado Palacios.
Extracto de la entrevista publicada en El Pais Semanal del 15 de Mayo del 2011 a Bibiana Fernandez y Loles Leon a propósito del estreno de su obra teatral. No sé si yo lo hubiera expresado mejor.

domingo, 1 de mayo de 2011

La buena gente

Los grillos no tenemos idea de las crisis económicas, ni de política, finanzas, empresas, ni de nada  que suene tan importante cuando se habla o se escribe. Esas palabras grandes, muy grandes.
Algunos grillos nos alojamos en las conciencias sin preguntarnos por qué estamos ahí, pero sabiendo que es imposible resolver los grandes problemas de la humanidad si no se es capaz de entender primero y resolver después las contradicciones humanas, la psicopatología de andar por casa.
Nos reuníamos unos grillos de los que viven en estas conciencias, alarmados por la forma en la que los cerebros humanos desvían la atención hacia esas grandes palabras y descuidan el significado y su correspondiente correlato comportamental de palabras pequeñas, poco importantes, palabras que casi siempre se dicen sin pensar demasiado en ellas, de esas de las que se habla en casa, en los bares, aunque no se tenga demasiada conciencia de lo que significan; sin miedo, sin pudor.
Reunidos los grillos, poníamos en común nuestras observaciones de la psique y el comportamiento humano, buscando la forma adecuada de llamar la atención de, lo que en su artículo Leopoldo Abadía llama, la “buena gente”. (“Reflexiones desde mi sofá”, entrada del 27 de Abril. El futuro y los padres)
Pero la “buena gente” esta muy ocupada en las grandes palabras e invierte demasiado tiempo en pensar, ordenar, resolver u opinar sobre la crisis, la política o la estructura piramidal de la sociedad y las relaciones laborales, en lugar de ocuparse de sus contradicciones, sesgos, trampas, justificaciones... En definitiva, de sus valores, de su conciencia o de su capacidad para emplear adecuadamente sus habilidades proporcionando beneficios a cuantos más; mejor.
Algunos humanos prefieren discutir sobre quien va a ganar  las próximas elecciones municipales en lugar de discutir sobre porqué pienso una cosa pero hago justo la contraria o porqué estoy justificando hoy lo que ayer me parecía injustificable, semilla en cerebros patológicos de invasiones y matanzas a gran escala.
Hay determinadas formas de pensar, de invertir en valores y/o de vivir, que los grillos, incluso los de las conciencias, no compartimos y que aunque entendemos porque conocemos los cerebros humanos; no podemos justificar. Y, sorpresa, estas  formas de pensar, de vivir o construir escalas de valores se dan en humanos cuyas necesidades básicas están más que cubiertas. “Buena gente” que no está en paro, gana bien, vive bien y está bien educada. Ya se sabe que el peligro está en la propia capacidad intelectual, cuanto más tengo y más soy; mas habilidad tengo para justificar las contradicciones.
Esas palabras tan grandes que ocupan grandes tiempos en los medios y en las conversaciones. Las conciencias de toda la buena gente que no quiere hablar, ni pensar, de su estupidez, sus contradicciones, sus justificaciones, sus errores, sus temores, sus emociones, sus mecanismos de defensa o sus barreras.
Sólo soy un grillo.

sábado, 30 de abril de 2011

¿Por qué hay personas inteligentes que hacen estupideces?

En mi habitual búsqueda para determinar las leyes que puedan frenar la propia estupidez, he dado con dos autores Feinberg y Tarrant, dedicados a la observación de grandes talentos, gente de éxito, que mandaron al traste sus carreras, sus empresas y/o sus vidas por permitir que su coeficiente de estupidez tomara protagonismo en un momento dado. Yo mismo tengo frecuente ocasión de comprobar como personas con inteligencia superior a la media comete solemnes estupideces sin que aparentemente y gracias al famoso fenómeno de la disonancia cognitiva, se pueda hacer algo por evitarlo. Desde luego, para hacer las estupideces que se narran en el libro uno tiene que ser muy inteligente.
¿Por que las personas más inteligentes no reciben ayuda con sus obsesiones autodestructivas antes de que sea demasiado tarde? Los hechos indican que estas personas inteligentes son las ultimas en recibir ayuda porque usan su cerebro para justificar que no la necesitan. Además las personas muy inteligentes alcanzan posiciones muy tentadoras y con muchas tentaciones, disfrutando del poder necesario para llevar a cabo sus impulsos, son lo bastante listas como para convencerse y convencer a todos de que acepten sus sugerencias y son capaces de construir hábiles racionalizaciones para justificar lo que hacen.

Si usted posee una inteligencia superior a la media la premisa del libro indica que puede correr un riesgo debido a la fortaleza de su equipo cognoscitivo. Este riesgo consiste en que en un momento crítico, su intelecto lo traicione y lo lleve a cometer un disparate devastador. El desastre puede adoptar varias formas: diciendo a haciendo algo que dañe una relación, arruinando una carrera o destruyendo un sueño. Su talento lo ha traicionado. Los riesgos aumentan con el C.I. y el estatus, cuanto más inteligente se sea y más se haya logrado, mayor es el riesgo.
Feinberg y Torrent describen el fenómeno como si de un virus se tratara y lo denominan Síndrome de Inteligencia Autodestructiva. Este virus es autogestado, utiliza el poder de la inteligencia para sabotear la inteligencia: a más inteligencia, mas virus.  Y es endémico en personas muy inteligentes. Uno de los factores más devastadores de este virus es la anulación de la lógica: ni uno mismo sabe porqué hizo lo que hizo. Los síntomas del Síndrome de Inteligencia Autodestructiva serían: la soberbia,  la arrogancia, el narcisismo y el deseo inconsciente de fracasar; esto es, los adictos al riesgo. Intentaré ir desvelando en sucesivas entradas lo concreto de todos estos conceptos y síntomas. Los autores argumentan que para atacar al  Síndrome de Inteligencia Autodestructiva se deberían tener técnicas que nos permitan:
Evaluar nuestra vulnerabilidad (debilidades)
Anticipar la forma en la que su inteligencia puede traicionarlo
Fomentar su inmunidad
Ayudar a recuperarse de una estupidez
Capacitarlo para ayudar a otros antes de q sea demasiado tarde

Un gran intelecto constituye una ventaja en la vida. La observación, la experiencia y la investigación así lo afirman. Esta es la parte buena. La mala es que puede ser saboteado por su propio intelecto. "En ciertas oportunidades las personas inteligentes cometen estupideces porque son traicio­nadas por su intelecto. Sea bondadoso con su inteligencia. Manténgala en forma y podrá confiar en ella, porque hará lo que usted necesite sin tenderle ninguna trampa. Cuando lo logre, ¡encontrará que ser in­teligente no tiene ninguna desventaja!".

¿Por qué hay personas inteligentes que comenten estupideces?
Mortimer Feinberg y John J. Tarrant
Ediciones Granica. Buenos Aires, Barcelona, México

domingo, 17 de abril de 2011

¿Realmente el hombre bajó del árbol?

Escucho estupefacta una vez más en fechas vacacionales, una noticia relacionada con hoteles rurales y vacaciones-aventura respecto al creciente auge y entusiasmo que suscita pasar unos días en plena naturaleza alojándote en un cabaña sobre un árbol.
Un “run-run” constante en mi cerebro desde la comida hasta después de la siesta me hace buscar en Internet. 1.480.000 resultados al respecto. Me cuesta creerlo.

“Cabañas en los árboles ofrece a los amantes de la naturaleza el gozo de entrar en contacto directo con el árbol y su ecosistema, de saborear los placeres de un exilio entre el follaje, y pernoctar en un nido situado en el entramado de las ramas de un majestuoso árbol.
Las cabañas, de 30 metros cuadrados de superficie, no tienen agua corriente. Ni electricidad, ni televisión. Pero hay algo aún mejor: no reciben cobertura para el teléfono móvil, ni WIFI para el ordenador portátil. Será muy difícil que alguien interrumpa esta experiencia única de conexión con la madre naturaleza, esta bucólica huida de la civilización. ¿El precio? Cien euros la noche para dos personas. Pueden alojarse hasta cuatro huéspedes en las cabañas, a las que se accede a través de una angosta, estimulante pasarela y una empinada escalera
, al estar colgadas en los árboles
 Cualquier persona en condiciones físicas normales puede acceder a las cabañas. La restricción para menores es de 10 años.
En cada cabaña se dispone de linternas y velas así como agua y lavamanos. El WC es biodegradable y se recicla en forma de compostaje.
El desayuno se sirve en las cabañas en una cesta. (...)”


Releo el texto varias veces, no sé por dónde empezar...

“Gozo directo de entrar en contacto con el árbol y su ecosistema” .Esto debe ser el  bosque. Osea, que hay gente que paga 100e por el gozo de entrar en contacto con un árbol y el bosque; que es siempre gratis. Y no se trata de niños precisamente. A mi me gusta la naturaleza, dormir o leer bajo un buen árbol, en el monte. Con un buen bocadillo y una botella de agua fresca. Ya sé que son sólo palabras pero yo precisamente con un árbol... no, no gozo.

“Saborear los placeres de un exilio entre el follaje”. Poético es, la verdad. Y tremendamente absurdo también. Se saborean los sabores y supongo que no se referirá precisamente a comer hierba; por lo del follaje. Además me parece una osadía utilizar el término  “follaje” conociendo la mente calenturienta y simple de los españoles en general. Mas de la  mitad de la población estará pensando en“echar un polvo en el campo”; que no tiene nada de romántico sino de “aquí te pillo, aquí te mato”. Con lo que nos ha costado atrevernos a follar con la luz encendida!

“pernoctar en un nido”. Venga, 100e por pernoctar en un nido. Directamente nos están llamando idiotas y debe haber muchos. Creo que esta gente se leyó primero toda la literatura sobre el auge de la estupidez y que tras una pequeña inversión en construir tales cabañas, se están forrando. Ahora lleguen a casa y le dicen a su pareja si les gustaría “pernoctar en un nido saboreando los placeres de un exilio entre el follaje”. y me cuentan.

Las cabañas no tienen electricidad ni agua corriente y algo mejor, con hay conexión wifi. ¿Cómo nadie puede pensar que es mejor la conexión wifi que el agua corriente o la electricidad?
Asegurarse de ir con alguien con quien no se tenga ni el más mínimo problema, ni de comunicación ni, por supuesto intestinal o de colón. Es decir, con tu perro, por ejemplo. Hay baño, eso sí, lo cual no entiendo. ¿No era el placer de un exilio entre el follaje? ¡Pues a cagar al follaje! Eso sí que sería una experiencia de conexión única con la naturaleza, un buen retortijón sobre la cabaña y vuelta again a la “angosta, estimulante pasarela y una empinada escalera, al estar colgadas en los árboles”. Para unas prisas estamos...

“Será muy difícil que alguien interrumpa esta experiencia única de conexión con la madre naturaleza”. Desde luego, te recuerdo que te has ido con el perro incapaz de convencer a nadie “normal” de compartir contigo semejante experiencia.

“Pueden alojarse hasta cuatro huéspedes en las cabañas” Lo que faltaba, restringir la jarra de agua del lavamanos,  las velas y el uso de la linterna. Cola  mañanera en el bater biodegradable, cola en la “angosta, estimulante pasarela y una empinada escalera”, peleas por la cesta del desayuno. ¿Pero no te habías ido con el perro?

Cualquier persona en condiciones físicas normales puede acceder a las cabañas. Ya...pero... ¿Y psíquicas? ¿Y si el de la cabaña de al lado aulla por la noche?

Lo de que “se recicla en forma de compostaje” se lo podían haber ahorrado. Es información gratuita que nadie ha pedido, nadie en su sano juicio pregunta lo que se hace con su... Eso.

“El desayuno se sirve en las cabañas en una cesta” Que detalle! No especifica si frío, caliente o crudo...

En fín, bajamos del árbol hace 3,2 millones de años y ahora parece que volvemos a subir. Si verdaderamente desea estar en contacto con la naturaleza, salga al monte. Dormir en un saco bajo el cielo, apagar el móvil, echar un polvo en el campo, beber agua de un río, es todo gratis. Hasta pasearse en pelotas y aullar a la luna. Claro que por esto último pueden detenerles y por construir cabañas en los árboles sin agua ni luz, llamarlas “hotel rural” y cobrarnos unos cuantos euros; todavía no.

domingo, 10 de abril de 2011

Pienso luego existo...estupidamente

Descubro aliviado que hay bastantes mas ensayistas, estudiosos y defensores de las teorías de la estupidez de lo que pensaba y que sus escritos por fin han dejado de estar en las estanterías dedicadas a los libros humorísticos.
Además, veo algo sorprendido, que no sólo describen el fenómeno sino que centran sus esfuerzos en elaborar teorías y métodos que nos ayuden a controlar ese coeficiente de estupidez que viene de regalo junto con nuestra inteligencia. ¡Bingo!
Llevo tiempo dándole vueltas a primera ley contra la propia estupidez (es importante insistir en que no se puede hacer nada con la ajena excepto “tragarla en pequeñas dosis homeopáticas”), atascado en aclarar el concepto “pensar”; pensar de forma que el resultado final sea que todos ganan y nadie pierde. Utilizar las capacidades intelectuales para sumar y no para restar.
El éxito de la inteligencia es saber dirigir “bien” nuestro comportamiento y para ello es imprescindible ajustarse a la realidad. La realidad es subjetiva. Esta es la primera dificultad.
Incluso haciendo esfuerzos para situarnos en el lugar del otro u otros, nuestra capacidad de observación e interpretación de los hechos está llena de sesgos, de sesgos cognitivos; algunos de los cuales son verdaderos fracasos cognitivos. Segunda dificultad y sigo.
En determinados momentos vitales hasta la inteligencia más dotada tiende a volverse subversiva. Piense en algo que haya hecho o dicho y que sea una estupidez, una verdadera estupidez. La parte racional de su mente le decía “No lo hagas!”, pero usted lo hizo de todos modos. Su desastroso impulso ha adquirido el suficiente poder como para superar sus funciones lógicas. Las emociones son principal causa del fracaso de nuestra inteligencia, nos vuelven irracionales cuando se adueñan no sólo del corazón, sino de toda la mente humana. Tercera dificultad para pensar en el sentido correcto.
Uno de los aspectos más importantes que nos impide “pararnos a pensar”tiene que ver con el concepto “beneficio”.  Aplicar inteligencia significa obtener beneficios para todos. Muchos humanos obtienen importantes beneficios por vivir y relacionarse como lo hacen. Si la inteligencia bien empleada es la que aporta beneficio, pueden considerarse seres inteligentes. Pues no. Los costes-beneficios no se miden en un solo sentido, en el propio. Por definición, la estupidez no solo no genera beneficio alguno a nadie sino que causa perjuicios a todos por doquier. Obtener beneficios causando  un alto coste familiar, de pareja o comunitario y generar daño, quebraderos de cabeza, problemas y demás males de andar por casa, no es precisamente un modo de actuar inteligente. Cuarta dificultad.
Esto último enlaza con el significado de las palabras. Vivimos con y entre palabras, somos palabras, nuestros pensamientos y emociones son palabras. Nos comunicamos con palabras. Tengo la desagradable sensación de que en muchas, muchas ocasiones, las palabras se convierten en el arma de destrucción doméstica y masiva. Vamos por la quinta.

Capacidad de observación, manejo de sesgos cognitivos, control emocional, utilización correcta del lenguaje, comunicación adecuada... No me extraña que la estupidez reine en los cerebros y comportamientos humanos. No me extraña que hace tiempo me retirara del mundanal ruido instalándome placidamente en mi voluntario aislamiento social. Sigo en ello.

domingo, 3 de abril de 2011

Fantasias animadas de ayer y hoy presentan:

Primero de todo, disculpas a mis 11 seguidores porque debería estar escribiendo sobre algo inteligente, pero no he tenido tiempo. Esto va de corrido, sin pararme a pensar, así que es bastante probable que sea una estupidez. Con ello espero responder al segundo comentario de mi última entrada...
Estaba pensando en cómo imaginaba mi “madurez” cuando era joven y responsable con dedicación exclusiva. Estar “en la mitad o más” de la vida, en el momento en el que empieza la cuenta atrás, como cuando te vas a ir de vacaciones y vas tachando los días que te quedan, disfrutando con placidez de las cosas, con tiempo, sin exaltaciones... Suponía que disfrutaría de estabilidad y cordura, tiempo para hacer lo que me diera la gana e independencia para no tener que dar explicaciones a nadie. Más o menos y resumiendo. Entonces descubro que las cosas no son “exactamente” tal y como esperaba.

Entre las clases de Yoga o Pilates, Chucún, Taichi o cualquier otro arte que  permite cultivar cuerpo y mente, esas clases que tanto anhelaba cuando no podía ir. Entre las de Chino, el Taller de Escritura o el Arte del Cultivo Ecológico en la terraza, cursos absurdos que realmente no sirven ya de mucho pero que siempre quise hacer; apenas tengo tardes libres.
Como además, por la misma “madurez”, la ley de la gravedad y el proceso de oxidación, necesito tirar de fisioterapeuta, esteticién y/o masajista; el número de tardes libres se reduce a la mínima expresión. No sé como lo harán los que además van al podólogo o al dentista, por poner un par de ejemplos.

No debí contemplar cuando soñaba con tener tiempo, que a medida que yo cumplía años, lo harían también los demás. Tengo un perro viejo y maniático que depende completamente de mi, una abuela todavía lo suficientemente joven como para apuntarse a todas las actividades propias de su edad, a las que intenta que yo vaya o bien desaparece de casa justo cuando más falta hace que se quede. Tener hijos mayores y criados no es ni mucho menos la ventaja que suponía cuando eran pequeños. Entonces los acostaba a las 21:00 y las noches eran todas mías! (que noches aquellas...). Ahora, en plena adolescencia, me toca predicar con el ejemplo y vigilar- tiene que parecer que no estás pero debes estar- que llegan en condiciones aceptables a casa. Esto es lo mínimo, porque es altamente probable que entre sus novios/as, amigos y amigas, los miembros de la unidad familiar por baño de la casa se duplique o se triplique. Entre semana y los fines de semana. Y si pensé que no tendría que dar explicaciones, estaba muy pero que muy equivocado.
No eres joven ni eres viejo, que es lo que es el resto de la familia propia y de origen. Eso te convierte en el comodín perfecto para todos y para casi todo. Van a pedirte que te quedes con sobrinos, perros, tortugas, cobayas, abuelas, tías-abuelas... Te pedirán que recojas a los pequeños, que pidas citas médicas varias, que acompañes a quien sea a donde sea, que recojas lo que sea de donde sea. Y como puedes faltar a Yoga, Pilates, Talleres varios y demás actividades, tienes hijos mayores y tienes “tiempo”; lo harás. Se fastidió la única tarde libre que quedaba entre semana o la mañana que libro porque tengo guardia de tarde y/o la tarde-noche de un día cualquiera de un fin de semana al mes (o dos).

Tengo también que seguir manteniendo amistades, por fin tengo tiempo para esto. No contaba con sufrir el virus de la insociabilidad tras semanas laborables agotadoras, mis amigos se quejan; así que mis fines de semana están repletos de café-tertulia, comidas, cenas o aperitivos. Cines, teatros, eventos culturales y “raros”o excursiones imposibles. Estoy deseando que llegue el Lunes para poder volver al trabajo, que al menos eso ya lo tengo dominado.

Y de sexo ni hablamos. Con lo bonito que queda en las películas la frase “¿En tu casa o en la mía?”. Pues ni en tu casa ni en la suya. ¿Cuándo? Por Selección Natural, lo más probable será que el otro/a esté separado y con niños. Que no viva con sus padres, será complicado. Quizá puedas tener cierta intimidad el fin de semana (entre semana imposible...) que a él/ella no le tocan niños (¿Sexo sólo dos fines de semana al mes?) y entonces llega la parte en la que soñaste con no tener que dar explicaciones a nadie y te descubres ideando algo que realmente cuele y no levante sospechas al resto (hijos fundamentalmente) respecto a por qué no vas a dormir a casa una o dos noches (Explicar por qué no me parece oportuno contar que “sales con alguien” en casa forma parte de la fantasía de no tener que dar explicaciones a nadie) .Cualquier otra posibilidad de emparejamiento por edad o situación vital  sería encaje de bolillos.

Llueve y he ido a la peluquería (será una futura entrada de blog seguro), voy a ver si me suicido... Buena semana a todos/as.