En mi habitual búsqueda para determinar las leyes que puedan frenar la propia estupidez, he dado con dos autores Feinberg y Tarrant, dedicados a la observación de grandes talentos, gente de éxito, que mandaron al traste sus carreras, sus empresas y/o sus vidas por permitir que su coeficiente de estupidez tomara protagonismo en un momento dado. Yo mismo tengo frecuente ocasión de comprobar como personas con inteligencia superior a la media comete solemnes estupideces sin que aparentemente y gracias al famoso fenómeno de la disonancia cognitiva, se pueda hacer algo por evitarlo. Desde luego, para hacer las estupideces que se narran en el libro uno tiene que ser muy inteligente.
¿Por que las personas más inteligentes no reciben ayuda con sus obsesiones autodestructivas antes de que sea demasiado tarde? Los hechos indican que estas personas inteligentes son las ultimas en recibir ayuda porque usan su cerebro para justificar que no la necesitan. Además las personas muy inteligentes alcanzan posiciones muy tentadoras y con muchas tentaciones, disfrutando del poder necesario para llevar a cabo sus impulsos, son lo bastante listas como para convencerse y convencer a todos de que acepten sus sugerencias y son capaces de construir hábiles racionalizaciones para justificar lo que hacen.
Si usted posee una inteligencia superior a la media la premisa del libro indica que puede correr un riesgo debido a la fortaleza de su equipo cognoscitivo. Este riesgo consiste en que en un momento crítico, su intelecto lo traicione y lo lleve a cometer un disparate devastador. El desastre puede adoptar varias formas: diciendo a haciendo algo que dañe una relación, arruinando una carrera o destruyendo un sueño. Su talento lo ha traicionado. Los riesgos aumentan con el C.I. y el estatus, cuanto más inteligente se sea y más se haya logrado, mayor es el riesgo.
Feinberg y Torrent describen el fenómeno como si de un virus se tratara y lo denominan Síndrome de Inteligencia Autodestructiva. Este virus es autogestado, utiliza el poder de la inteligencia para sabotear la inteligencia: a más inteligencia, mas virus. Y es endémico en personas muy inteligentes. Uno de los factores más devastadores de este virus es la anulación de la lógica: ni uno mismo sabe porqué hizo lo que hizo. Los síntomas del Síndrome de Inteligencia Autodestructiva serían: la soberbia, la arrogancia, el narcisismo y el deseo inconsciente de fracasar; esto es, los adictos al riesgo. Intentaré ir desvelando en sucesivas entradas lo concreto de todos estos conceptos y síntomas. Los autores argumentan que para atacar al Síndrome de Inteligencia Autodestructiva se deberían tener técnicas que nos permitan:
Evaluar nuestra vulnerabilidad (debilidades)
Anticipar la forma en la que su inteligencia puede traicionarlo
Fomentar su inmunidad
Ayudar a recuperarse de una estupidez
Capacitarlo para ayudar a otros antes de q sea demasiado tarde
Un gran intelecto constituye una ventaja en la vida. La observación, la experiencia y la investigación así lo afirman. Esta es la parte buena. La mala es que puede ser saboteado por su propio intelecto. "En ciertas oportunidades las personas inteligentes cometen estupideces porque son traicionadas por su intelecto. Sea bondadoso con su inteligencia. Manténgala en forma y podrá confiar en ella, porque hará lo que usted necesite sin tenderle ninguna trampa. Cuando lo logre, ¡encontrará que ser inteligente no tiene ninguna desventaja!".
¿Por qué hay personas inteligentes que comenten estupideces?
Mortimer Feinberg y John J. Tarrant
Ediciones Granica. Buenos Aires, Barcelona, México