domingo, 6 de marzo de 2011

Necesito una ayudita, una palabra que me pueda convencer...

Definitivamente las teorías sobre el Apego infantil hacia sus cuidadores parecen explicar  gran parte del comportamiento adulto y fundamentalmente del comportamiento manifiesto y predictivo de las parejas, horno en el que se cuece la supervivencia de la especie humana, de ahí su trascendencia. La hipótesis central de la teoría del apego es que las relaciones tempranas entre padres e hijos son los prototipos de las relaciones amorosas de la adultez.
(Hay interesantísimos artículos sobre el Apego infantil y  adulto que recomiendo. Intentaré abrir vínculos para el que tenga interés)

El siglo XXI y los que le siguen, se van a caracterizar por la incorporación de la mujer no sólo al mundo laboral sino al mundo masculino en general (política, investigación, dirección, arte, gobierno...) y por un aumento considerable de  la esperanza de vida humana.

A medida que las desigualdades de género se reducen y se alarga la esperanza de vida, algunos de los modelos de apego generados con anterioridad probablemente sean ineficaces. Los modelos actuales han producido y están produciendo graves patologías afectivas, descenso de la natalidad en Países desarrollados o crisis en sistemas familiares y de pareja, por mencionar sólo algunos desastres. ¡Al borde de la extinción!

Repasen lo que le une a su pareja, ese será el modelo que transmitan a sus hijos y que aprendieron de sus padres o cuidadores y deduzcan si a ellos les servirá en el futuro

Con esta perspectiva y el hecho indiscutible de que los modelos de pareja y familia están cambiando; volvemos al siglo IV antes de Cristo donde los géneros tenían igual peso a la hora de criar y educar a su prole. El término es “matrimonio simétrico”.
Este modelo de matrimonio tiene además un reto que superar, el de permanecer unido muchos más años que en el siglo IV.
Las conclusiones parecen demoledoras, el pegamento que permitirá mantener unidas a las parejas del siglo XXI, igualitarias y equilibradas para procrear y cuidar de su hijos juntos facilitando un estilo de apego seguro a los niños que no genere patologías psiquiátricas es “esa cosa llamada amor” . Volvemos al Romanticismo.

Tras décadas de énfasis en los procesos cerebrales relacionados con el pensamiento, se avecinan próximas de estudios, trabajos, investigaciones y  terapias que van a tener su centro en los procesos cerebrales relacionados con lo emocional. En este caso volvemos, no al siglo IV antes de Cristo, sino a la prehistoria. El “amor” se produce es el núcleo caudado, localizado en el cerebro reptil, el más primitivo de todos. Evolucionó por lo menos 56 millones de años antes de que los mamíferos proliferaran en la Tierra y desde allí se controlan los instintos animales. Los mecanismos químicos cerebrales  del amor se parecen sospechosamente a los de las drogas; es uno de los sistemas cerebrales más poderosos de la tierra.
Parece que la naturaleza ha elegido un mecanismo evolutivamente primitivo, para asegurar la perpetuación de la especie, no se si por elección o por descarte; porque no encontró forma ni mecanismo inteligente alguno que asegurara esa función. Una probable hipótesis puede que tenga que ver con que las emociones no pueden fingirse (a excepción de los psicópatas) ¿Estamos evolucionando o involucionando?

Los defensores de la razón, dela inteligencia que beneficia a todos, del uso de la parte evolucionada del cerebro, sostienen que existe una relación entre la intensidad emocional (si el amor no es intensidad emocional cierro el blog) y la probabilidad de actuar con estupidez, esto es, de producir daño a otro sin obtener beneficio alguno.

He estado tentado a escribir a Olivero Ponte (“El que no lea este libro es un imbécil”) para preguntarle por “los indudables beneficios del amor” que da por evidentes en su genial libro, pero para él parecían tan claros que pensé que el hecho de que yo tuviera razonables dudas sería considerado una soberana estupidez por su parte; así que nunca lo hice. No he dejado en todo este tiempo de hacerme la misma pregunta (¿Beneficios del amor?) sin hallar respuesta convincente. Espero que por “beneficio” no se refiriera a la propagación mundial y estratosférica de la especie humana, me decepcionaría de un hombre que cree que la estupidez se está propagando a pasos agigantados, sería un desastre para la galaxia (para el planeta ya lo está siendo).

Las sustancias químicas liberadas en el cerebro cuando nuestras emociones son intensas inhiben los procesos cerebrales de la corteza frontal, impidiendo el raciocinio. Detener un proceso inhibitorio es mucho mas complicado que activar un proceso cualquiera, requiere utilizar estructuras evolucionadas. El amor crea y une, si, pero también destruye.

Hagamos un experimento simple. Imaginen que alguien les atrae y que tras varios encuentros, su “pareja sexual eventual”, les susurra al oído: “me gustas”. Esto generará respuestas emocionales difíciles de controlar que terminaran seguramente en un polvo. Pero imaginen que lo que les susurra es: “te amo”. Las respuestas emocionales colapsaran el cerebro y el organismo entero.  Las mayoría de los humanos saldrán corriendo y no volverán a quedar con esta pareja jamás. Otros, este grupo será mucho más pequeño, contestarán “yo también”. Y seguramente se arrepentirán unos años más tarde generando daño por doquier.¿Cuántos creen serán capaces de racionalizar esa frase, detener el colapso, analizar la situación, el momento, entender  y poner, sin mayores problemas, las cosas en su sitio sin descolocarse?

La razón de la presente entrada, que aviso; contiene alguna “trampa” para no hacerla demasiado densa, es preguntarme por qué la naturaleza ha seleccionado para asegurar la supervivencia de los seres humanos un sistema cerebral primitivo, poderoso y peligroso (cualquier comportamiento con consecuencias tremendamente positivas y tremendamente negativas se considera peligroso) en lugar de otro mas evolucionado. ¿Es que no hay otro más evolucionado? ¿ ¿La naturaleza se ha rendido a la estupidez? ¿Qué está pasando?
Y fundamentalmente ¿Podemos todavía hacer algo para contrarrestar esta tendencia y seguir evolucionando? ¿Podemos hacer un “uso controlado” del amor sin generar dependencias?¿Es imposible racionalizar el amor?  



3 comentarios:

Beatriz AA dijo...

Me encanta (y me sorprende) tu blog, lo que escribes y lo que cuentas. Un beso enorme
Bea

Anónimo dijo...

A la última pregunta... sí, es imposible.

:)

Pepito Grillo dijo...

Lo imposible sólo tarda un poco más!
Tardamos mucho tiempo en bajarnos de los árboles, pero lo hicimos (Ahora resulta que una cabaña sobre un árbol, sin luz, ni agua ni nada es un "hotel rural" por el que se paga un dineral......) Parece cierto que la RET (Terapia Racional Emotiva) es totalmente ineficaz con dependencias emocionales pero, aceptando las escasa probabilidades de la última pregunta? tengo la puñetera manía de poner especial empeño precisamente por eso; por lo imposible.